.
Natividad de la Santísima Virgen
Sermón predicado el 8 de Setiembre de 2000
Celebramos hoy la fiesta de la Natividad de la Virgen y la Iglesia nos propone en la liturgia el texto de la carta de San Pablo a los romanos, Rom 8, 28-30 :
“Ahora bien, sabemos que Dios hace concurrir todas las cosas para el bien de los que lo aman, de los que según su designio son llamados. Porque a los que de antes conoció, a estos les predestinó a ser conformes con la imagen de su Hijo, para que este sea primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó a estos también los llamó: y a los que llamó, a esos los justificó; y a los que justificó a esos también los glorificó.”
El texto hay que interpretarlo en el contexto de la Carta a los Romanos en la que San Pablo elucida la diferencia y la relación de la nueva ley con respecto a la antigua. San Pablo les escribe a los romanos para que entiendan como si son cristianos es gracias a una predestinación y elección del Dios que es fiel a sus promesas y quiere glorificarnos en su Hijo.
Iglesia de Santa Ana en Jerusalén, lugar del nacimiento de la Santísima Virgen María |
Hagamos, antes que nada, algunas referencias exegéticas al texto.
v.28 Ahora bien, sabemos que Dios hace concurrir todas las cosas para el bien de los que lo aman, de los que según su designio son llamados
Este versículo presenta dos traducciones según como se interprete el sujeto del verbo «sunergei», hacer concurrir. Orígenes y algunas pocas versiones agregan «o Teos». Según el P. Lagrange y varios especialistas es ciertamente un agregado, pero hecho para clarificar el texto, conforme a su sentido. Dios es el sujeto de «sunergei», como de los verbos que siguen toda la perícopa. La Vulgata supone que el sujeto es “todo” o todas las cosas y así traduce “omnia cooperantur in bonum” “todas las cosas cooperan”, es un sentido menos claro porque las cosas en sí mismas no cooperan para la salvación del hombre, todas pueden ayudar pero solo podrían cooperar con la intervención de Dios. Por eso San Juan Crisóstomo insiste mucho en la acción de Dios, aunque tenía en el texto «panta» como sujeto y lo mismo Santo Tomás quien comenta : et ideo Deus omnia convertit in bonum.
v.29 : “Porque a los que de antes conoció, a estos les predestinó a ser conformes con la imagen de su Hijo, para que este sea primogénito entre muchos hermanos”;
Aquellos a los que preconoció, “proegno”. Para algunos el sentido inmediato de «proegno» es eligió, y otros traducen por prediscernió. El P Lagrange dice que la primera lectura como “eligió” es errónea aunque ciertamente no se refiere a la simple presciencia divina sino que es un conocimiento que implica el amor de Dios y tiene relación con “los que aman a Dios”, a los que se hace referencia en el versículo anterior. En este sentido dice en I Cor 8,13: “Si alguno ama a Dios, ese tal es conocido por Dios.”
La existencia de cada hombre encuentra su explicación última en la Sabiduría y el Amor infinito de Dios. De manera especial esto se aplica al cristiano en el cual hay una “predestinación” a ser conforme al Hijo, al Verbo Encarnado. Este es el destino del cristiano, en cualquier momento, lugar o circunstancia de la historia que le toque vivir: conformarse con Cristo.
Esto se aplica de manera particular a la Santísima Virgen.Dios la preconoció amándola desde toda la eternidad y la quiso conforme a su Hijo. Hoy la contemplamos en su nacimiento, la más querida y la más conocida de todas las creaturas. En ella se realizó plenamente por vez primera y única en la historia de la humanidad la perfecta conformidad con Jesucristo. Dada la misión a la cual Dios la había predestinado fue concebida sin la mancha del pecado original, Dios la colmó de gracia y de hermosura, sin mancha ni arruga, Tota Pulchra, como le cantamos.
Dice el Dante:
Tu se’ colei che la umana natura,
nobilitasti si, che il suo Fattore
non disdegno di farsi sua fattura.
In te misericordia, in te pietate,
in te magnificenza, in te s’aduna
quantumque in creatura e di bontate.
¿Porqué Dios la eligió? Porque la preconoció, porque la preamó. Como dice el P. Castellani:
Aquí hay misterios muy fieros,
aquí hay un pozo muy hondo,
yo mi ignorancia no escondo
ni me meto en agujeros
aquí hasta los más matreros
boliados quedarán
y jamás entenderán,
porque esta es cencia infinita,
y eligió para mamita
a la Virgen de Luján.
Dios la preedestinó a ser la Madre del Verbo Encarnado y para tal obra la hizo perfecta. Dice Santo Tomás que hay tres obras de Dios insuperables: la santísima humanidad de N.S. Jesucristo, la Santísima Eucaristía y la Santísima Virgen.
v.30 “y a los que predestinó a estos también los llamó: y a los que llamó, a esos los justificó; y a los que justificó a esos también los glorificó”
La predestinación conlleva el llamado, que es un llamado eficaz a la fe existente en el cristiano .
En la Santísima Virgen se da la perfección de la creatura por la acción de Dios y la cooperación de la creatura. Y esto no porque la predestinación anule la libertad del hombre sino al contrario, la gracia de Dios conduce al hombre libremente y el hombre se pierde cuando cree que podrá ser o hacer algo al margen del plan que Dios tiene sobre él.
Es Dios quien justifica, no la obras, no la carne, no mis capacidades naturales, no mi país, no mi familia, no mis estudios, sino la gracia. Es Dios quien me quiere conducir con su gracia a la glorificación. La glorificación final es la gloria final del cielo pero es una gloria que ya ha comenzado. El cristiano que vive en gracia ya es glorificado, participa desde ahora de la gloria del cielo.
Por eso el cristiano que ama a Dios no puede dudar de que Dios, (por eso San Pablo afirma con fuerza “nosotros sabemos”):
1. Me conducirá providencialmente en todas la circunstancias de mi vida. Todo cooperará para mi bien.
2. Dios me conoce desde toda la eternidad. Si existo es porque me ha preconocido amándome.
3.Dios me predestina a conformarme con Cristo, el cual me ha dejado un ejemplo para que siga sus huellas.
4.Dios me llama, quiere que coopere aquí y ahora con el designio que tiene sobre mí. Para ser predestinado debo comportarme como un predestinado, debo aumentar en mí los signos de predestinación entre los cuales los santos enumeran la verdadera devoción a la Santísima Virgen.
Es importante que me de cuenta del llamado actual de Dios. Nadie puede hacer por mí la obras que Dios espera de mí.
5. Dios me justifica, me da su gracia sin la cual sería imposible ser otro Cristo. Esa gracia me la ganó Jesucristo muriendo y resucitando por mí.
6. Dios me glorifica desde ahora haciéndome vivir una vida nueva y me glorificará en el cielo donde lo veré cara a cara y lo amaré por toda la eternidad y donde seré amado y conocido por Dios como un hijo en el Hijo.
Hoy festejamos el nacimiento de la Virgen María, la primera creatura de la nueva creación. Dios la preconoció amándola. Dios la predestinó a ser imagen de su Hijo, Dios la justificó con su gracia. Ella respondió fielmente a su llamado y alcanzó la gloria del cielo. Pidámosle a ella, que nació providencialmente en Jerusalén y desde la misma ciudad santa subió al cielo, que nos ilumine con su ejemplo y nos ayude siempre con su gracia para perseverar, para ser fieles a nuestra vocación cristiana y religiosa y así alcanzar un día la gloria del cielo.
.