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ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
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Espíritu santificador, que imprimes en nosotros la verdad de tu existencia
y en cuya esencia salvífica vivimos, Tú eres el anhelo del alma
y en Tí, fuente de amor, nuestra fe se fortalece bajo el fuego invencible de tu amor
salvífico.
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Haz, ¡oh Dios sapientísimo!, que en tu vivir seamos proclamadores de tu Luz.
Vivifícanos, ¡oh eterno Hacedor!, en tu amor.
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Tú, que eres el amor de los Dos, santifícanos con tu verdad,
para que permanezcamos fieles al llamado que nos haces a la perfecta perfección.
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Tú, que eres, ¡oh Llama de vivo amor!, el que inquietas el alma pastoreándola,
para que acepte ser siempre reflejo del Padre e imitador del Hijo del Eterno.
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¡Oh sapiencia divina!, gozo perenne del que en Tí confía, concédenos tus
siete dones, para que crezcamos en amor y santidad.
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Tú, que habitas en lo más profundo del ser,
transfigúranos , para que seamos templos vivos,
viviendo en gracia y santidad, siendo proclamadores del fuego sempiterno,
que vivo está en todo ser.
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Santo eres, ¡oh Fuego gozoso del Padre y del Hijo!,
aliento vivo de salvación, dador de todo bien.
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Nos consagramos a Tí, ¡oh Fuego sacrosanto!, para que,
encendidos en tu calor, seamos fermentos excelsos de tu gloria.
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Llévanos, ¡oh dulcísimo Aposentador!, a la unidad perfecta de amor
con el Padre y guíanos hacia su Hijo, que es camino y vida.
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¡Oh Luz de amor!, nos consagramos a Tí, para que, así unificados contigo,
seamos alabanzas de amor.
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DÍA TERCERO
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¡Oh Fuego ardiente de amor, que conduces al alma por el camino del amor,
que conduces al alma por el camino del amor que la llevará a la perfecta santidad!,
envía a mi alma aliento de tu amor,
para que en docilidad absoluta reciba yo tus dones, que son gracias divinas.
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¡Oh Santo Espíritu!, queremos que este templo,
oculto en el misterio de nuestro ser, sea siempre tu gozo
y el aposento donde el alma te dé todo su amor.
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¡Oh generoso Amante!, haz que permanezcamos fieles a tu amor,
aunque lo que esperamos esté distante de nuestro alcance,
para que, soportando cuanto nos acontezca,
seamos generosos con el Dios que siempre nos ama con clementisimo amor.
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¡Salvífico Amor!, queremos siempre amarte y glorificarte,
para siempre hacer tu voluntad.
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¡Espíritu divino, amor de los Dos!,
aumenta en nosotros la fe y la esperanza y vivifica nuestra caridad,
para que siempre seamos alabanzas del Dios Altísimo.
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TRES PADRESNUESTROS, SUCESIVAMENTE CON EL:
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- Gloria a Tí, ¡oh Santo Espíritu, que nos renuevas para ser salvados.
- Gloria al fuego que nos llena de su divino amor, para que en El crezcamos en verdad y santidad.
- Gloria por siempre al Espíritu increado que sostiene a toda alma, para que viva en amor y fidelidad al Padre y a su amado Hijo.
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ORACIÓN FINAL
PARA TODOS LOS DÍAS
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¡Oh Dios eterno, vivo Fuego que repartes benigno al hombre tus salvíficos dones!,
escúchanos benigno.
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¡Oh Santo Espíritu!, ante Tí el alma se postra, suplicando tu amor.
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Enciendenos, ¡oh Verdad infinita!, en tu inextinguible amor.
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Envíanos, ¡Dios amoroso!, tu luz, que es vida.
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La Iglesia unida te canta un canto de amor,
saludando al que es amor de los Dos.
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Tú eres, ¡oh Llama viva!, fuerza irresistible al pecador.
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Llévanos, ¡oh Espíritu de amor!, hacia el Padre que es perdón,
y realiza tu misión salvífica con las almas que el Padre te dió.
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Da a nuestra existencia el gozo de tu gozo.
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Haz que sigamos con fidelidad al Hijo de Dios,
que nos dejó como grata herencia tu fuego abrazador.
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Te amamos, ¡oh Fuego embelesador! Te consagramos todo lo que somos,
pues queremos vivir en el que es fuego sempiterno,
alma de los DOS. Amén.
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Fuente: SEMINARIO DE LOS ALIADOS CARMELITAS DESCALZOS DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD.