SAN JOSÉ
Modelo de fortaleza, virilidad y fe…
José fue elegido por Dios para ser el padre adoptivo de Jesús y esposo de la Virgen María (Mt. 1,18-23) (Lc. 1, 27 y 2,5) por vivir de una manera grandiosa todas las virtudes, sólo un joven como Él, podía ser el elegido para cuidar y proteger al Niño Jesús y a su Madre.
Si tuviéramos que definirlo en pocas palabras, podríamos decir que:
San José ¡hace siempre lo que tiene que hacer!.
San José !sabe siempre lo que tiene que hacer!.
Cuando tuvo que darle nombre a Jesús, se lo dió.
Cuando tuvo que obedecer, obedeció. (Mt. 1, 20-22)
Cuando tuvo que actuar, actuó.
Cuando tuvo que huir para salvar a Jesús de la matanza de los santos inocentes, lo salvó (Mt. 2, 13).
Hizo siempre lo que el Señor esperó de él.
¿Si este privilegio nos hubiera sido encargado a nosotros, hubiéramos sido tan fieles a la voluntad del Padre?
Sabemos que San José siempre sereno, cuál era la causa de tanta confianza?, ¡su obediencia! San José no tenía dudas, tenía normas. Si queremos recibir a Jesús esta Navidad, no podemos tener dudas, Dios sólo pone a su hijo «en buenas manos», Dios tendrá que estar seguro de nuestra fidelidad… como la de San José…
Los padres sentimos en repetidas ocasiones, que nuestros hijos –sobre todo los varones– se nos van de las manos, ¿no será San José una gran ayuda para pedirle que los cuide, cuando éstos ya no nos permiten ir a donde ellos van? Si San José guió los primeros pasos de Jesús por la tierra ¿no nos podrá ayudar a que los pasos de nuestros hijos no tropiecen?.
Si San José enseñó a su Hijo el oficio de carpintero ¿no ayudará a nuestros hijos a encontrar su vocación y su felicidad?.
La Virgen le pidió ayuda para encontrar a Jesús, el Creador lo hizo cabeza de la Sagrada Familia. ¡Podemos estar seguros que el padre adoptivo de Jesus, intercede por nosotros ante Dios, siempre que se lo pedimos!.