Ciudad Juárez, Chih.- Con la llegada de las reliquias del beato Papa Juan Pablo II, a esta frontera, regresa no únicamente el llamado ’Papa Mexicano’, también la paz que tanto anhelamos, y la unidad de la familia, dijo el Obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, don Renato Ascencio León.
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Recalcó que las reliquias arribaron a México, el miércoles 17 de agosto, al aeropuerto internacional, es sangre y algunos ornamentos de la cabeza.
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Recorren por cuatro meses el país, iniciando la peregrinación el jueves 25 de agosto.
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Las reliquias son la sangre del beato y algunos otros artículos personales, y llegarán a Ciudad Juárez, el 17 de noviembre, estarán en la Catedral, en donde permanecerán para su adoración.
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Dijo el Obispo que una reliquia, debe de estar constatada y se levanta un acta, que diga cuándo las usó y sobre todo si son cosas del beato, que en este caso es el Papa Juan Pablo II.
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La Iglesia desde el principio de los siglos, tiene una gran veneración muy grande por las reliquias, que son cosas que estuvieron relacionadas con las personas a las que se honra, la reliquia de primer orden es la que pertenece a parte de su cuerpo, se ha celebrado venerar las reliquias de los mártires, otras son objetos parte del sepulcro, que deben ser de mártires.
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Se debe hacer una acta, a quién pertenecieron y el origen, con la finalidad que no exista una falsa adoración.
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La gracia que vengan las reliquias del Papa Juan Pablo II, fue una petición del Episcopado Mexicano.
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Recordó cuando don Renato Ascencio León, estuvo en Roma cinco años viviendo, fue Superior del Colegio Mexicano, cuando el Papa Juan Pablo II, lo veía, con el índice lo señalaba y le decía México, México, México, mostrando el gran amor que tenía a la gente de este país.
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Las reliquias deben de estar en la Catedral, por eso ahí van a estar, su sangre y alguno de los ornamentos que utilizó, un adorno de la cabeza entre otras cosas.
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El motivo de la visita
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La visita y peregrinación por la República Mexicana de las reliquias del «Peregrino de la Paz» es una iniciativa de la Arquidiciocésis de México para «recobrar las esperanzas en Cristo Jesús que camina con nosotros en la construcción de una patria más justa, digna y fraterna».
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«A petición expresa de muchos creyentes, los Obispos de México en su Asamblea Plenaria, por unanimidad, acordaron solicitar a las Congregaciones para el Culto Divino y de las Causas de los Santos, la visita de las reliquias a nuestro país, lo cual fue aceptado con beneplácito para que las reliquias del «Papa Mexicano» recorran por primera vez el largo y ancho de la República Mexicana, a unos meses de su Beatificación en Roma por Su Santidad Benedicto XVI», se explica.
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«Ante la percepción de un México sumido en el terror, dolor, desesperanza, angustia, venganza y rencor, consecuencia de la inseguridad y la violencia por aquellos que se han inclinado por la cultura de la muerte, la veneración de las Reliquias será una oportunidad para que los bautizados y personas de buena voluntad volvamos los ojos a Dios, y que por la intercesión de Juan Pablo II, alcancemos su perdón y misericordia».
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