Qué no es la Navidad


Manipulación publicitaria y consumismo.

Activismo y  enajenación

Alcolismo y gula.

Sentimentalismos y coacción afectiva.

Formular propósitos que no cumplirémos.

«Hacer lo que hacen todos».


Manipulación Publicitaria y Consumismo:

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 Consiste en aquellos mensajes comerciales que se nos repiten hábil e insistentemente durante la temporada navideña,  haciéndonos sentir que hay que gastar para ser felices o para hacer felices a otros,  aprovechándose del espíritu afectivo y fraterno que procede a la Navidad del  Señor.

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Es también,  esa publicidad consumista,  que con fines exclusivamente económicos,  nos manejan para su beneficio si nosotros lo permitimos.  ¡Si no pensamos! 

 Ellos quieren presentar a Jesús «como un artículo que se pone de moda un mes al año», nos presentan a Jesús como un compromiso económico,  siendo que amar y dar afecto no cuesta nada,  ¡Tenemos que luchar contra esto,  reflexionar y ayudar a los demás a hacerlo o seremos utilizados!  y la navidad perderá el verdadero sentido.

El arma para combatir a una sociedad consumista,  es el desarrollo de la Sobriedad.

Activismo y Enajenación:

Cuando nos llenamos de compromisos, de pendientes o cuando corremos tanto,  las fechas se nis pasan sin sentir,  de modo tal,  que después del 6 de enero nos preguntamos ¿esto fue todo?… ¿carreras?… ¿trabajo de más?… ¿gastos?… ¡que contrasentido!.

La Navidad es el mejor tiempo para erradicar  el activismo.  Es la fecha que nos llama a la reflexión,  a un cambio interior  a pensar y a amar.

¿Pero cómo vamos a lograr vivir la Navidad profundamente felices,  si nos llenamos de compromisos o pasamos el día en las tiendas?

…La Navidad es el tiempo de Dios,  tiempo que no tenemos,  que no nos sobra,  es tiempo que debemos buscar fuera de nuestras actividades,  para dárselo a Él…

Alcoholismo y Gula:

Cuando por dirección directiva,  relacionamos las fiestas con excesos de alcohol o de comida,  sucede que olvidamos el motivo de la fiesta,  olvidamos su origen,  nos quedamos en la superficialidad de los sentidos o en la inconsciencia provocada artificialmente por el alcohol.  Sus efectos nos dañan a tal grado que a veces desde el día siguiente,  como en el caso del alcohol  o  poco después en el caso de la comida,  empezamos a sufrir las consecuencias.   ¿No será una falta de respeto tomar de pretexto a la Navidad para dar rienda suelta al comer y beber?

Sentimiento y coacción Afectiva.

Esa noche el Ángel nos saluda y nos dice:

«Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad»…  Nuestros corazones se estremecen,  empezamos a rectificar, a reconciliarnos con el próximo y nos acercamos a aquellos de los que estamos separados,  ¡esto está muy bien! ¡¡magnífico!!.  pero cuidado,  porque si nos arrepentimos o rectificamos movidos sólo por sentimentalismos,  corremos el riesgo de vivir en paz sólo una noche –como en la guerra,  que hasta los no creyentes,  esa noche por ser Nochebuena,  hacen una tregua y brindan por la paz–pero al otro día  «vuelven a disparar».

Pero aún,  si por coacción afectiva no entendiendo lo que es «Amarse los unos a los otros como Yo os he amado», se reconciliarán o relacionarán con alguien que los hace pecar o los aleja de Dios,  en ese caso,  no estarán amando ni siendo «buenos»,  ¡estarán falsificando el amor!.

Formular propósitos que no cumpliremos:

Esta es una costumbre de buena voluntad,  todos al abrazarnos en este tiempo,  formulamos buenos propósitos,  pero es cierto que casi nunca los llevamos acabo,  haciendo que los desesperanzados y apáticos al no cumplir,  sus débiles deseos de mejora,  pierdan también el  verdadero sentido de la Navidad.

…La Navidad es un milagro,  independientemente de nuestra fuerza de voluntad…

«Hacer lo que todos hacen»…

…»Dando gusto a los demás,  es un poco vivir a costa de lo que sea,  es estar bien con la gente aunque la «gente» no sepa lo que quiera o a dónde va…

¡Jesucristo no asumió nuestra naturaleza,  ni vivió, murió y resucitó por nosotros,  ni es el hombre del Corazón traspasado –ese corazón que tanto nos ama– para que nosotros  «hagamos lo que hacen todos»  y vayamos con la corriente de moda o en la corriente que usa!.

…La Virgen cuando perdió al Niño Jesús, tampoco lo encontró donde iban todos…

La Virgen María lo había protegido y cuidado durante doce años.  En una ocasión,  Ella y José regresaban de Jerusalén después  después haber cumplido con la Ley,  María notó la ausencia de Jesús,  lo buscó en las carretas de las mujeres y nuños,  al no encontrarlo corrió a las carretas de los hombres y pidió ayuda a San José.

…¡Se les había perdido Jesús!…

Lo buscaron entre la gente,  rumbo a donde iban todos y no lo encontraron (Lc. 2, 42-46).

Si nosotros sintieramos que alguna vez hemos perdido a Dios,  no esperemos reencontrarlo en las tiendas,  en el bullicio de los que se sienten «modernos» o entre los brindis.

Jesús llena el vacío de nuestra vida cuando le damos tiempo,  cuando lo buscamos para hablarle y contemplarle,  cuando nos detenemos donde podamos escucharlo.

Sólo cuando sus padres hicieron un alto en el camino y empezaron a ir a  contra corriente, dejando a todos — a los que dicen que nada les falta,  que la pasen bien–  hasta entonces encontraron Ellos a Jesús y  sólo así lo encontraron. 

 

Fuente: El sentido de la Navidad

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