¿Qué es Halloween? ¿Santos o Fantasmas? Segunda parte


Es que nosotros,  como cristianos,  mensajeros de la paz,  el amor,  la justicia,  portadores de la luz para el mundo ¿podemos identificarnos con una actividad en donde todos sus elementos hablan de temor,  injusticia,  miedo y oscuridad?

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Si somos sinceros con nosotros mismos y buscamos ser fieles a los valores de la Iglesia Católica,  llegaremos a la conclusión de que el Hallowween no tiene nada que ver con nuestro recuerdo cristiano de los fieles difuntos,  y que todas sus connotaciones son nocivas y contrarias a los principios elementales de nuestra Fe.

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Y es que,  como indica Monseñor Sánchez,  «si todo quedara en juego de niños,  con sus regalos y travesuras…». El peligro radica,  según explica el obispo,  en que «a impulsos del comercio,  del consumo y de la moda,  costumbres como ésta,  paganas,  importadas,  prevalezcan y hasta desplacen costumbres cristianas como la devoción a los Santos y la oración por los difuntos».

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Monseñor López Llorente recuerda  a un autor que ha escrito a este respecto:  «…muchos cristianos han olvidado el testimonio de los santos y se sienten más atraídos a festejar con brujas y fantasmas.  Este fenómeno es parte de un retorno al paganismo que va ocurriendo gradualmente.  Al principio no se percatan de los valores que abandonan ni tampoco entienden el sentido real de los nuevos simbolos.  Les parece todo una broma,  una diversión inofensiva de la que se intentan lucrar otros.  Lo hacen por llevar un vacío,  porque los santos ya no interesan y las prácticas paganas y ocultistas ejercen una extraña fasinación».

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Y concluye:    «Debemos estar alertas ante ese fenómeno y no perder el sentido de la fiesta de todos los Santos.  Esta fiesta nos invita a compartir el gozo celestial de los Santos.  No necesitamos ponernos máscaras para celebrar nuestra alegría;  en todo caso,  mejor sería vestir a nuestros niños o vestirse de santos.

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Los Santos  no son un pequeño número de elegidos,  sino una muchedumbre innumerable.  en esta muchedumbre  no sólo están los Santos reconocidos de forma oficial,  sino también los bautizados de todas las épocas y naciones,  que se han esforzado por cumplir con amor y fidelidad la voluntad de Dios.  De la mayor parte de ellos no conocemos su nombre,  pero con los ojos de la Fe los vemos resplandecer llenos de Gloria en el firmamento de Dios.

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Los Santos no son fantasmas.  Son hombres y mujeres que viven ya junto a Dios gozando de su presencia en una alabanza sin fin;  ellos son testigos de que la vida junto a Dios para siempre es posible para todos y cada uno de nosotros.  Al contemplar el luminoso ejemplo de los Santos,  la Iglesia quiere suscitar en nosotros el gran deseo de ser como ellos.  Felices  por vivir cerca de Dios,  en la gran familia de los amigos de Dios.  Porque ser santo significa vivir unido a Dios,  vivir en su familia,  vivir la vida de Dios.  Conservamos celosamente el sentido de esta fiesta cristiana».

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Al día siguiente -2 de Noviembre-,  la Iglesia Católica hace memoria de los Fieles difuntos desde la oración y el recuerdo de los seres queridos  «para que el Señor en su Bondad les conceda la felcidad eterna»,  dice Canals.  Y añade:  «Se trata de una fiesta que estimula a la vida,  y no a la muerte.  La piedad cristiana recomienda la visita al cementerio para orar por ellos y por los familiares que experimentan el dolor de la separación humana».

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Y el culpable,  según los obispos españoles,  de esta propagación del Halloween que compite con Todos los Santos es Hallywood.  «Ha sido el cine americano el que ha extendido por el mundo.  Por esta influencia, desde  hace unos años Halloween se va extendiendo cada vez más,  sin saber muy bien qué se celebra»,  concluye el director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia española,  el Padre Canals.

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Sugerencias para los padres de familia.  Ante la realidad  que inunda nuestro medio y que es promovida sin medida por el consumismo nos preguntamos   ¿qué hacer?  ¿Taparnos los ojos para no ver la realidad?  ¿Buscar buenas excusas para justificar su presencia y no darle mayor importancia a este «juego»? ¿Debemos prohibirles a nuestros hijos participar en el Halloween mientras que sus vecinos y amigos se «divierten»?  ¿Serían capaces los niños de entender todos los peligros que corren y por qué de nuestra negativa a participar en esto?

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La respuesta no es sencilla,  sin embargo creemos que sí hay algunas cosas que podemos hacer:

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Lo  primero es organizar una catequesis con los niños en los días anteriores al Halloween,  con el objeto de enseñarles el por qué de la festividad católica de todos los Santos y los Fieles Difuntos,  haciéndoles ver la importancia de celebrar nuestros Santos,  como modelos de la Fe,  como verdaderos seguidores de Cristo.

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En la catequesis y actividades anteriores a estas fechas,  es buena idea que nuestros hijos inviten a sus amigos,  para que se atenúe el impacto de rechazo social y sus compañeros entiendan por qué no participan de la misma forma que todo el mundo.

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Deben explicarles de manera sencilla y clara,  pero firme,  lo negativo que hay en el Halloween y la la manera en que se festeja.  Es necesario explicarles que Dios quiere que seamos buenos y que no nos identifiquemos ni con las brujas ni con los mounstuos,  pues nosotros somos hijos de Dios.

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Proponemos a los padres de familia  una opción para sus hijos, pues seguramente los niños querrán salir con sus amigos en la noche del Halloween:  Los niños pueden disfrazarse de Ángeles  y preparar pequeñas  bolsas con dulces,  regalos o tarjetitas con mensajes y pasar de casa en casa,  y en lugar de hacer el «obsequio o truco»  o de pedir dulces,  regalarlos a los hogares que visiten y que expliquen que entregan dulces porque la Iglesia Católica tendrá muy pronto una fiesta muy importante en la que se celebra a todos aquellos que fueron como nosotros deberíamos ser:  los Santos.

Aunque este cambio no será sencillo para los niños,  es necesario vivir congruentemente con nuestra Fe,  y no permitir que los  más pequeños tomen como algo natural el mensaje negativo del Halloween.  Con valor y sentido cristiano,  los católicos podemos dar a estas fechas,  el significado que tienen en el marco de nuestra Fe.  

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Fuente: Red Iberoamericana de estudios de las sectas

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