La Parábola de los Talentos (Mt.25, 14-30)


Los Talentos

Jesús nos presenta la parábola de los talentos.

Con ella nos enseña a esperar su venida y

a evaluar los dones que recibimos de Dios

para la construcción de una mejor sociedad.

.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:

«El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas;

llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes.

A uno le dio cinco millones;

a otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue.

.

En esta parábola el Señor nos enseña principalmente la necesidad de corresponder a la gracia de una manera esforzada,

exigente y constante durante toda la vida.

Hay que hacer rendir todos los dones de naturaleza y de gracia recibidos del  Señor.

Lo importante no es el número, sino la generosidad para hacerlos fructificar.

.

La vocación cristiana no se puede esconder, ni esterilizar,

debe ser comunicativa, apostólica, entregada.

«No pierdas tu eficacia, aniquila en cambio tu egoísmo.»

¿Tu vida para ti? Tu vida para Dios, para el bien de todos los hombres,

por amor al Señor, ¡Destierra ese talento! Hazlo productivo»

.

A un fiel cristiano corriente no puede pasarle inadvertido el hecho de que Jesús haya querido

explicar la doctrina de la correspondencia a la gracia sirviéndose como figura del trabajo

profesional de los hombres.

¿No es esto recordarnos que la vocación cristiana se da en medio de las ocupaciones ordinarias de la vida?

«Hay una única vida, hecha de carne y espíritu, y ésa es la que tiene que ser

«en el alma y en el cuerpo» santa y llena de Dios:

a ese Dios invisible, lo encontramos en las cosas más visibles y materiales.

No hay otro camino, hijos míos:

o sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al Señor,

o no lo encontraremos nunca»

Fuente: sagrada Biblia Nota exegética.


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