33 Días camino hacia Belén: (Día 27) «P. Guillermo Serra, L.C.»


«Te regalo mi anuncio»

Sal de Tú Cielo: Día 27

4° Domingo de Adviento, 18 de  diciembre del 2016

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Como dice la Escritura:

¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian el bien!

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Te regalo mi anuncio

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MEDITACIÓN PARA HACERSE EN FAMILIA

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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

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Breve silencio para ponerse en presencia de Dios,

rogando a María Santísima sea nuestra compañera

y guía en este camino hacia el encuentro con su Hijo Jesucristo.

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ORACIÓN CAMINO A BELÉN

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Querido niño Jesús:

Te quiero hacer presente aquí, en este rato de oración.

Muchas veces pienso en ti, me acuerdo de ti, pero no te pienso.

Pensarte es quererte y quererte es buscarte.

Sí, quiero buscarte, caminar hacia ti,

pero sabiendo que Tú me buscas siempre primero.

Quiero recorrer este camino de la mano de María, tu madre,

sostenido por  el auxilio del Espíritu Santo,

para que tu Amor se revele en plenitud

dentro de mi corazón en esta Navidad.

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CITA

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Pero, ¿cómo van a invocar a aquel en quien no han creído?

¿Cómo creerán en aquel de quien no han oído hablar?

¿Cómo van a oír sin que se les predique?

¿Y cómo van a predicar si no son enviados?

Como dice la Escritura:

¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian el bien!

(Rm 10, 14-15)

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REFLEXIÓN

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Estamos juntos,

reunidos alrededor de esta corona que marca el final de nuestra espera,

ya estás tan cerca Jesús.

Gracias a la fe que nos has dado,

anhelamos con tanta alegría tu presencia entre nosotros.

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Detengámonos por un momento a pensar

en todas aquellas personas que tienen el corazón

vacío de Dios en esta Navidad,

en los que no te conocen o los que ya no creen, no esperan.

¡Qué sin sentido debe ser la vida cuando se piensa

que termina con la muerte!

¡Qué triste debe ser no conocerse amado con amor eterno!

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Es cierto, pero… no podemos quedarnos así,

solo pensando. Como bautizados,

tenemos la misión de llevar la Buena Noticia a todos los corazones.

Al final de cada misa somos “enviados” al mundo,

a dar testimonio del amor de Dios.

¿Somos conscientes de esto?

¿Quién de nosotros se considera enviado para predicarte?

¿Cómo asumimos nuestra responsabilidad de hablar de ti

para que otros crean y puedan invocarte, alabarte, darte gracias y amarte?

Tomemos el ejemplo de María Magdalena,

la primera testigo de tu Resurrección,

la que no dudó por un segundo en correr a anunciar lo sucedido pues nunca olvidó la mirada de misericordia con la que la levantaste de su vida de pecado.

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Pidamos a Dios que nos haga valientes,

responsables e incansables mensajeros de su Amor.

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ORACIÓN

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A TUS PIES SEÑOR, ENCONTRÉ EL AMOR

Dichosos los pies del mensajero

que con humilde amor son regados

con lágrimas nacidas de pecados

y en amor que abraza el don verdadero

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María, dime, Magdalena ¿qué contemplas

en tu corazón de heridas abiertas?

Aquí estoy, tu Maestro, a la espera

de darte la vida que deseas

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Si al Maestro ya a las puertas

de tu corazón herido abiertas

acoges en tu alma más perfecta

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Misericordia quiero, mi Señor, no tardes

que mis heridas duelen

Fui perdida y ahora hallada en ti

por quien siempre fui amada

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Levanta, oh mujer, tu rostro y tu mirada

Derrama tu perfume sobre esta mi cabeza

Tuyo soy por fin

en tu alma que por mí es rescatada

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Del libro Jesús a mi alma. P. Guillermo Serra, L.C.

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PROPÓSITO

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Pensaremos en una forma concreta de llevar a cabo juntos una acción evangelizadora sobre el nacimiento de Jesús que siembre esperanza en los corazones antes del día de Navidad.

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Autor: Padre Guillermo Serra, L.C.

 

 


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