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Porque son los mismos días que Jesús pasó en el desierto, después de su bautizo en el
Jordán y antes de iniciar su predicación. Precisamente el primer domingo de Cuaresma,
cuando faltan 40 días exactos par la pascua, leemos el pasaje del Evangelio de las
tentaciones de Jesús donde se nos dice que Cristo pasó 40 días y 40 noches en el desierto,
rezando y ayunando. Continuando con este ejemplo, cuando en el siglo IV se organiza
la preparación para la celebración pascual, se imita este periodo para preparar a
lo s catecúmenos, que eran bautizados por Pascua, y a los penitentes que también eran
reconciliados por Pascua. Así, los 40 días de preparación -la Cuaresma- cogen un caríz
de revisión de vida cristiana tanto bautismal como penitencial y nos hacen renovar cada
año el espíritu de la vida cristiana más profundo. Los textos nos hablan también de la
cifra “40”: el pueblo de Israel pasó 40 años por el desierto antes de entrar en la Tierra
Prometida; Elías caminó 40 días y 40 noches para llegar al desierto de Horeb a escuchar
la Palabra de Dios. Pero no olvidemos que los 40 días de la Cuaresma son
una preparación de los 50 días de la celebración pascual que empieza el día de
Pascua de Resurrección y finaliza por Pentecostés.