LETANÍA PARA NO TAMBALEAR EN NUESTRA FE ANTE LO VENIDERO


 

Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo, óyenos.

Jesucristo, escúchanos,

Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.

Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.

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Aunque miremos el sol oscurecerse, que no tambalee nuestra fe.

 

Aunque miremos la luna teñirse de sangre, que no tambalee nuestra fe.

 

Aunque miremos opacarse las estrellas, que no tambalee nuestra fe.

 

Aunque miremos las aguas levantarse sobre las tierras, que no tambalee nuestra fe.

 

Aunque veamos que aparezca una nueva geografía, que no tambalee nuestra fe.

 

Aunque miremos venir la peste con enfermedades desconocidas, que no tambalee nuestra fe.

 

Aunque vivamos en medio de la guerra, que no tambalee nuestra fe.

 

Aunque sintamos hambre en carne propia, que no tambalee nuestra fe.

 

Aunque seamos perseguidos por el enemigo de la Iglesia, que no tambalee nuestra fe.

 

Aunque seamos víctimas de aquellos que van a apostatar, que no tambalee nuestra fe.

 

Aunque miremos los cerros abrirse, que no tambalee nuestra fe.

 

Aunque las montañas y la cordillera se estremezcan y caigan y prevalezcan las llanuras, que no tambalee nuestra fe.

 

Aunque miremos estremecerse la Iglesia, que no tambalee nuestra fe.

 

Aunque veamos que no hay ningún pueblo sin dolor y sin llanto, que no tambalee nuestra fe.

 

Aunque veamos un fuego venir sobre la tierra, que no tambalee nuestra fe.

 

Que no tambalee nuestra fe, que no tambalee nuestra fe, que no tambalee nuestra fe.


Oración

 

A Ti Virgen Santísima que moras en los corazones de los

hijos que claman a ti, invocaremos tres veces “Ave María

Purísima sin pecado concebida”, y no temeremos, no

temeremos, no temeremos porque tu lo dices. Amén.

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¿Por qué son importantes estas letanías?

El hombre ante situaciones extremas debe mirar a Dios y no entrar en pánico. Este 

El hombre ante situaciones extremas debe mirar a Dios y no entrar en pánico. Este sentimiento, si no estamos fuertes espiritualmente, nos puede llevar a cometer errores que nos hagan perder la Salvación Eterna. Repetirlas con frecuencia y en momentos extremos ya sea en forma individual o mundial llamar a María diciendo tres veces: Ave María Purísima sin pecado concebida». La Virgen ha prometido a quienes las reciten que los protegerá.

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Pero leamos lo que nos dice Jesús:

 

  Es impensable que cristianos que han vivido toda su vida la fe católica lleguen a perderla en la gran tribulación y, esto puede suceder, porque hijos, tenéis una fe tan débil, tan mediocre, tan enfermiza, que cuando os venga unas duras pruebas, sean de la gran tribulación, o sea de salud o fallecimientos de familiares, podréis perder vuestra fe tan flojita y darme rotundamente la espalda. 

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Ha sucedido a muchísimos cristianos que se han vuelto en Mi contra cuando la prueba ha llamado a sus puertas, y lo que debería haber sido para más corona, más mérito y asentamiento de su fe, ha servido para perderse su fe de siempre, porque no la tenían asentada en roca firme que Soy Yo y los sacramentos en las debidas disposiciones. 

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Ved hijos, Mi santo padre José que su fe no la perdió ni en la pruebas, ni en la dura obediencia que el Cielo le pedía. Ved como él salió para Egipto con Mi Santa Madre y Conmigo, sin saber lo que le esperaba y creyendo a ciegas que eso era lo mejor, esperando todo de Dios. Pero él tenia una gran fe, la fe de Abraham se hacia realidad en Mi padre José y en Mi Santa Madre, y ellos, jamás echaron al Cielo en cara nada de lo que les sucedió, como fue perderme a los 12 años. Yo, Jesús, os hablo.

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Muchos católicos creen que asistiendo a misa cada domingo ya viven adecuadamente su fe, pero no hijos no, debéis leer cosas espirituales y ponerlas en práctica, debéis rezar el Santo Rosario, debéis asistir a actos piadosos para que todo ello sirva de canal para recibir Mi gracia, debéis cambiar lo rutinario que tenéis en materia de fe y renovarla, porque esa fe en tiempos de tribulación no os servirá para manteneros firmes en la Iglesia Católica y Mi enemigo mortal que lo sabe, os atacará en el momento más propicio para él, para haceros perder la fe y hacer que reneguéis de Mí. Yo, Jesús, os hablo y os prevengo. Mi paz esté para todo aquel que lee y cree en estos mensajes.

Fuente:  Oraciones y Devociones Católicas

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