LA PROMESA DE SAN JOSÉ
San José me pidió tenerle una devoción constante. Él mismo me dijo que rezara diariamente un Padre Nuestro, un Ave María, un Gloria y el Acuérdate una vez al día.
Me miró con gran bondad y me prometió su especialísima ayuda y protección. Rezo diariamente las oraciones pedidas y siento su protección especial.
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino;
hágase tu Voluntad en la tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación y libranos del mal. Amén
.
Ave María
Dios te salve María, llena eres de Gracia,
el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el Fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
.
Gloria
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
.
Acuérdate San José
Acuérdate oh piadosísimo Patriarca
y mi más querido protector, amado San José,
que jamás se ha oído decir, que uno solo de los que
han acudido a tu protección e implorado tu socorro,
haya sido desamparado de ti.
Yo, pecador, animado con tal confianza, acudo a ti,
Oh Padre Nutricio del Verbo Encarnado, a ti vengo,
delante de ti me presento
gimiendo bajo el peso de mis pecados.
No quieras, Oh esposo castísimo de la Virginal Madre de Dios,
nuevo Abraham de corazón traspasado y voluntad perfecta,
despreciar mis súplicas, antes bien, dígnate escucharlas
y cumplirlas benignamente. Así sea.
Fuente: Diario de Santa Faustina Kowalska No.1203