Fiesta de la Epifanía (Obras completas de San Agustín)


 

 

Los Reyes Magos

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El término «epifanía»  se traduce en nuestra lengua por manifestación.

 

Hace pocos días,  Cristo el Señor se manifestó,

mediante su nacimiento,  a los judíos;

 

pero hoy se reveló a los gentiles sirviéndose de una estrella.

 

El buey conoció a su dueño,  y el asno el pesebre de su señor.

 

El buey se refiere a los judíos, y el asno a los gentiles;

 

ambos llegaron al mismo pesebre y encontraron la vianda de la Palabra.

 

Los magos que vinieron a adorar a Cristo y simbolizan las primicias de los gentiles,

 

ni recibieron la ley ni escucharon a los profetas:

 

la lengua del cielo fue una estrella.

 

Como si se les dijera:

 

«¿Qué lucro he requerido de vosotros?»

 

Los cielos proclaman la gloria de Dios.

 

Y, sin embargo,  Herodes,  turbado,  preguntó a los judíos

 

donde tenía que nacer Cristo. Le respondieron:

 

En Belén de Judá,  y adujeron  el testimonio del profeta.

 

Pero mientras los magos se marcharon a adorarlo,

 

ellos mismos permanecieron inmóviles.

 

Son piedras en el campo:  indican el camino, pero ellas no caminan.

 

Los magos,  en cambio, se dirigieron a Belén;  mas localizada la ciudad,

 

¿cómo podrán encontrar la casa?

 

He aquí que la estrella que había resplandecido en el cielo descendió a la tierra y

 

se paró sobre el lugar donde estaba el Señor.

 

¡Qué servidumbre la de los elementos y qué maldad la de los judíos!

 

Herodes se turbó como si Cristo hubiera venido a buscar y hallar un reino terreno.

 

El Señor dijo refiriéndose  a Herodes:

 

id y decid a esa zorra.

 

¿Qué hizo al sentirse turbada?

 

Dio muerte a los niños de pecho.

 

¿Qué hizo?

 Dio muerte a los niños aún sin habla queriendo darla a la Palabra sin habla.

 

Al derramar su sangre,  pasaron a ser mártires antes de que pudiesen confesar al Señor

con la boca

 

Estas primicias envió Cristo al Padre.

 

Vino el niño y fueron los niños;

el niño vino a nosotros  y los niños fueron a Dios.

De la boca  de los niños sin habla y de los niños de pecho has hecho perfecta la alabanza.

 

Gozémonos,  el día ha brillado para nosotros.  Los magos,  en cuanto primicias de los

gentiles,

 

fueron figura nuestra.  Los judíos le conocieron cuando nació;

 

los gentiles,  en el día de hoy.

 

Como paredes distintas,  se juntaron en la piedra angular:

 

de un lado,  los judíos;  de otro los gentiles;  de distinta,  pero no hacia distinta dirección.

 

Veis y sabéis que las paredes tanto más distan de sí  cuanto más alejadas están del ángulo.

 

A medida que se van acercando al ángulo,  se van acercando entre sí;

 

cuando llegan al ángulo, se juntan.  Esto es lo que hizo Cristo.

 

Los judíos y los gentiles,  la circuncisión y el prepucio,  los de la Ley y los sin ley.

 

los adoradores del único Dios verdadero y los de muchos dioses falsos,

 

estaban distantes entre sí.

 

¡Y qué distancia!  Pero él es nuestra paz,  que hizo de los dos uno.

 

Los que vinieron del pueblo judío se cuentan entre los componentes de la pared buena,

 

pues quienes vinieron no permanecieron en la ruina.

 

Nos hemos constituido en unidad ellos y nosotros;

 

pero en el que es único,  no en nosotros.

 

¿ De dónde procede Cristo?

 

De los Judíos.  Está escrito:  La salud viene de los judíos, pero no para sólo los judíos.

 

No dijo:  «La salud es para los judíos»,  sino:  La salud viene de los judíos.

 

Ellos le apresaron y ellos le perdieron;  ellos le atentaron y a ellos ahuyentó;

 

ellos le vieron y le dieron muerte;  nosotros no le apresamos, pero le tenemos;

 

no lo vimos,  pero creemos en él;  somos posteriores,  y les llevamos delantera.

 

Los que nos precedieron perdieron el camino;

 

nosotros, en cambio, lo hemos encontrado, y, caminando por él,  llegaremos a la patria.

 

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Fuente: Obras completas de San Agustín. Sermón 375.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nació el león del cielo y se turbó la ruin zorra de la tierra.


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