QUIÉN ES SAN RAFAEL ARCÁNGEL?


SAN RAFAEL,  MEDICINA DE DIOS.

Se habla de él en el Antiguo Testamento,  cuando el Señor lo envía a guiar al joven Tobías,  para  reconfortar a su padre,  patriarca ejemplar que obedecía en todo al Señor;  y para significar toda la confianza que debemos tener en los peligros y en todas las circunstancias de la vida,  hacia  aquel  Ángel que nos ha sido dado por el Señor para acompañarnos en nuestro camino.

«Rafa-El»  significa:  «Dios cura»,

 y su ayuda  a Tobías es ahora tan significativo en el hecho de confiar a los Ángeles los pequeños hijos de Dios, siempre necesitados de custodia,  cuidado y protección.

 

El  libro de Tobías refiere dos tareas representativas de curación que realiza el Arcángel Rafael.  Cura la comunión perturbada entre el hombre y la mujer.  Cura su amor.  Expulsa los demonios que, siempre de nuevo,  desgarran y destruyen su amor.  Purifica el clima entre los dos y les da la capacidad de acogerse  mutuamente para siempre.  El relato de Tobías presenta esta curación con imágenes legendarias.

 

En el Nuevo Testamento,  el orden del matrimonio,  establecido en la creación y amenazado de muchas maneras por el pecado,  es curado por el hecho de que Cristo lo acoge en su Amor Redentor.  Cristo hace del matrimonio un Sacramento:  su Amor,  al subir por nosotros a a la Cruz,  es la fuerza sanadora que, en todas las  confusiones,  capacita para la reconciliación,  purifica el clima y cura las heridas.

 

En segundo lugar,  el libro de Tobías habla de la curación de la ceguera.  Todos sabemos que hoy nos amenaza seriamente la ceguera con respecto a Dios.  Hoy es muy grande el peligro de que,  ante todo lo que sabemos sobre las cosas materiales y lo que con ellas podemos hacer,  nos hagamos ciegos con respecto a la Luz de Dios.

 

Curar esta ceguera mediante el mensaje de la fe y el testimonio del amor es el servicio de RAFAEL,  encomendado cada día al sacerdote y de modo especial al obispo.  Así,  nos viene espontaneamente  también el pensamiento del Sacramento de la Reconciliación,  que, en el sentido más profundo de la palabra,  en su Sacramento de curación.  En efecto, la verdadera herida del alma,  el motivo de todas nuestras demás heridas,  es el pecado.  Y sólo podemos ser curados,  sólo podemos ser redimidos,  si existe un perdón en virtud del Poder de Dios,  en virtud del Poder del Amor de Cristo.

 

Reflexionando bien se ve que cada una de estas tres figuras:

Mica-El   San Miguel

Gabri-El   San Gabriel

Rafa-El       San Rafael,  reflejan de modo particular la verdad contenida en la pregunta planteada por San Pablo:

«¿No son todos ellos espíritus administradores,  enviados para servicio en favor  de los que han de heredar la salud? (Heb 1,14).

 

Sin embargo hay que rechazar el uso de dar a los Ángeles nombres particulares, excepto Miguel,  Gabriel y Rafael,  que aparecen en la Escritura.

 

Y cuando a veces sentimos el peso de la materia de nuestra naturaleza humana,  San Miguel,  que vela sobre la Iglesia universal,  nos dará la paz serena y profunda;

 

San Gabriel se unirá a nosotros en el homenaje y oración a la Madre de Dios;

 

San Rafael nos reconfortará con ayuda y consejos;  

 

Los otros Ángeles en particular el Ángel guardián  nos sostendrán en la lucha contra las ilusiones del siglo y nos preservarán  de la fatiga y de las negligencias posibles.   

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Número y Orden de los Ángeles

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Los Nombres de los Ángeles

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Las nueve Jerarquías de los Ángeles

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Fuente: Periódico de la Sagrada Familia: Septiembre 2011 

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